[Vademecum Lusitano]
1.
Hubo un tiempo en el que los hombres hablaban con las piedras. Eran los hombres de las llanuras alentejanas, y los de las riberas del Guadiana, y los de los riberos del Tajo, y cuentan que las acariciaban, y que les pasaban la mano, y que ante ellas se postraban, y que sobre ellas escribían y trazaban líneas que eran figuras de guerreros y de lanzas y de escudos... Y dicen que de tanto hablar con ellas, con ellas morían
Y dicen que en esas llanuras y en esas riberas, aún sin nombre, crecieron túmulos de piedras erguidas y los llamaron Antas y también los llamaron Dólmenes o menhires.
Era un tiempo heroico...
2.
Luego siguen contando que de las montañas de Estrela, de Gata y de Gredos bajaron pastores a las llanuras. Y estos ya tenían nombre. Lusitanos. Y esto sí crearon país. Lusitania. Y llamaban río al río, Salor, ciudad a la ciudad, Turobriga, Mirobriga, y viento a los caballos.
3.
Y un día, cuentan que de poniente llegaron ejércitos con pendones y arietes, y llamaron Provincia a las llanuras y a las riberas, y los pastores que en otro tiempo bajaron al llano se hicieron guerreros.
Y una noche oscura, la traición, Viriato. El fin del sueño. Y a los ejércitos le dieron descanso, Emérita, y a los guerreros, honores, Valentia, para que murieran cerca de donde las piedras de antaño, aquellas que sus padres acariciaban y ante las cuales se postraban, y bajo las cuales se hacían eternos en la memoria de los héroes.
4.
Con el paso del tiempo, cuentan que volvió la luz y la poesía a la tierra de los ríos. Y las riberas se hicieron jardines, almunias, y las murallas arcos de herradura, Badajoz, y el país se hizo paisaje Al Asnam, horizonte, La Serena, y versos evorenses, Ibn Abdoun.
Resonaron tambores, y dicen que del norte vinieron ejércitos con cruces y arietes, y llamaron santa a la guerra, y los poetas se hicieron soldados. Sagrajas. Y aunque el verso y la luna se impusieron a la cruz de los ejércitos del norte, volvió la noche oscura, la larga noche oscura.
5.
Y en mitad de lo oscuro, cuentan que por el camino de Portagem, cercano a Marvâo y a Valencia vieron pasar hombres y mujeres con una estrella de David en una mano y el edicto de expulsión en la otra. Y la raya, el margen, fue su nueva casa. Belmonte. Castelo de Vide. Segura de León. Alburquerque.
6.
Comenzó la noche americana, y como si de un truco del cinematógrafo se tratara, se vistió de epopeya mística y conquistadora la demoledora emigración allende el mar océano.
Cientos, miles de colonos extremeños cruzaron el Atlántico en busca de fortuna y fama, y sus nombres están desde entonces impregnados del halo heroico y sangriento.
7.
La tierra entre ríos fue un inmenso campo de batalla. La Albuera, Talavera, Elvas, Arroyomolinos, Portalegre,
8.
Les prometieron la tierra. Y el cielo. Y el agua. Y dicen que vino un señor, el Señor del NO-DO, abriendo pantanos y separando las aguas como Moisés en busca de esa tierra prometida del oeste.
9.
Y la luz se hizo luz, luz azul para bañar las aguas de los dos ríos que dan vida a esta tierra. Mesopotamia. Volvió a amanecer. Los muros y las fronteras cayeron, y con una goma con sabor a nata se borraron las rayas y se abrieron los puentes. Y volvieron los poetas de Évora a Badajoz, y los niños de Alcántara a Castelo Branco, y el abuelo de Magacela fue a Monfortinho a tomar los baños y al dulce respirar rayano.
1.
Hubo un tiempo en el que los hombres hablaban con las piedras. Eran los hombres de las llanuras alentejanas, y los de las riberas del Guadiana, y los de los riberos del Tajo, y cuentan que las acariciaban, y que les pasaban la mano, y que ante ellas se postraban, y que sobre ellas escribían y trazaban líneas que eran figuras de guerreros y de lanzas y de escudos... Y dicen que de tanto hablar con ellas, con ellas morían
Y dicen que en esas llanuras y en esas riberas, aún sin nombre, crecieron túmulos de piedras erguidas y los llamaron Antas y también los llamaron Dólmenes o menhires.
Era un tiempo heroico...
2.
Luego siguen contando que de las montañas de Estrela, de Gata y de Gredos bajaron pastores a las llanuras. Y estos ya tenían nombre. Lusitanos. Y esto sí crearon país. Lusitania. Y llamaban río al río, Salor, ciudad a la ciudad, Turobriga, Mirobriga, y viento a los caballos.
3.
Y un día, cuentan que de poniente llegaron ejércitos con pendones y arietes, y llamaron Provincia a las llanuras y a las riberas, y los pastores que en otro tiempo bajaron al llano se hicieron guerreros.
Y una noche oscura, la traición, Viriato. El fin del sueño. Y a los ejércitos le dieron descanso, Emérita, y a los guerreros, honores, Valentia, para que murieran cerca de donde las piedras de antaño, aquellas que sus padres acariciaban y ante las cuales se postraban, y bajo las cuales se hacían eternos en la memoria de los héroes.
4.
Con el paso del tiempo, cuentan que volvió la luz y la poesía a la tierra de los ríos. Y las riberas se hicieron jardines, almunias, y las murallas arcos de herradura, Badajoz, y el país se hizo paisaje Al Asnam, horizonte, La Serena, y versos evorenses, Ibn Abdoun.
Resonaron tambores, y dicen que del norte vinieron ejércitos con cruces y arietes, y llamaron santa a la guerra, y los poetas se hicieron soldados. Sagrajas. Y aunque el verso y la luna se impusieron a la cruz de los ejércitos del norte, volvió la noche oscura, la larga noche oscura.
5.
Y en mitad de lo oscuro, cuentan que por el camino de Portagem, cercano a Marvâo y a Valencia vieron pasar hombres y mujeres con una estrella de David en una mano y el edicto de expulsión en la otra. Y la raya, el margen, fue su nueva casa. Belmonte. Castelo de Vide. Segura de León. Alburquerque.
6.
Comenzó la noche americana, y como si de un truco del cinematógrafo se tratara, se vistió de epopeya mística y conquistadora la demoledora emigración allende el mar océano.
Cientos, miles de colonos extremeños cruzaron el Atlántico en busca de fortuna y fama, y sus nombres están desde entonces impregnados del halo heroico y sangriento.
7.
La tierra entre ríos fue un inmenso campo de batalla. La Albuera, Talavera, Elvas, Arroyomolinos, Portalegre,
8.
Les prometieron la tierra. Y el cielo. Y el agua. Y dicen que vino un señor, el Señor del NO-DO, abriendo pantanos y separando las aguas como Moisés en busca de esa tierra prometida del oeste.
9.
Y la luz se hizo luz, luz azul para bañar las aguas de los dos ríos que dan vida a esta tierra. Mesopotamia. Volvió a amanecer. Los muros y las fronteras cayeron, y con una goma con sabor a nata se borraron las rayas y se abrieron los puentes. Y volvieron los poetas de Évora a Badajoz, y los niños de Alcántara a Castelo Branco, y el abuelo de Magacela fue a Monfortinho a tomar los baños y al dulce respirar rayano.
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01. El País que miraba a las piedras 02. Lusitanos 03. La Provincia 04. Aftasidas 05. Gentes de la Nación 06. La Noche Americana 07. Campo de Marte 08. Obertura Napoleónica 09. Tierra Prometida 10. Los Bastardos de la Raya 11. Mesopotamia.
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