La Batalla de Arroyomolinos (1811)

28 de Octubre de 1811
De entre las varias versiones existentes sobre este acontecimiento, la que aquí ofrecemos, supone la visión que tuvo el ejercito aliado portugués y más concretamente el Batallón de Cazadores Nº 6. Este Batallón, fue partícipe directo en esta Batalla Sorpresa de Arroyomolinos.


“En el mes de Septiembre se reiniciaba la lucha, entablándose los combates de Bodón a 25 (de Septiembre). De Alfayates a 27, la Batalla de Arroyomolinos a 28 de Octubre y la de Mérida a 31 de Diciembre. Está el Batallón de Cazadores Nº 6 acantonado en Castelo de Vide y a 29 en Nave.

En la segunda mitad del año 1811, la situación en Extremadura era de espera y de mutua observación.

Los franceses tenían que abastecer y defender Badajoz, mantener las comunicaciones con Madrid por Trujillo y procurar los abastecimientos de una región devastada por tres ejércitos en constante movimiento.

Era indispensable para la estrategia francesa, mantener a Druet y su 5º Cuerpo de Ejercito en aquella zona, para garantizar la unión con Sevilla por la Sierra Morena.
De este modo podían proteger la ruta de convoyes mensajeros a Badajoz, observar las fuerzas de Hill y oponerse a las acciones de Morillo que se mostraban cada vez más audaces y numerosas.

Esos convoyes de abastecimiento conseguían generalmente llegar sin problema a su destino, dado que los aliados no los intentaban interceptar de un modo sistemático y eficaz. No lo hacían por incapacidad, sino para no alejarse demasiado de sus cuarteles.

En ese campo las guerrillas desempeñaron un papel fundamental perturbando constantemente los reabastecimientos, pues se beneficiaban de la cobertura dada por el ejercito de Castaños, instalado a lo largo de la frontera portuguesa.

El ejercito aliado se separó después de la batalla de la Albuera. Las divisiones de Blake y Ballesteros se desplazaron para Andalucía. Con posterioridad intentaron algunas ofensivas contra Badajoz, desistiendo en ocasiones de asediar la plaza. El cerco de Badajoz se reveló poco eficaz y por esa razón se resolvió atrasar su conquista.


A finales de Junio, Marmont, sucesor de Massena, después de dejar Ciudad Rodrigo bien segura, se desplazó al sur pasando por Baños, Plasencia, Mérida y Medellín.

El ejercito francés, recelaba verse envuelto simultáneamente por el grueso de las tropas del 5º Ejercito bajo el mando de D. Pedro Gerén, ayudado por las guerrillas de D. Pablo Morillo.

Las fuerzas de Castaños ocupaban las zonas de Alburquerque hasta Alcántara. Las del General Hill, se encontraban en la región situada entre Portalegre, Vila Viçosa y Extremos.

Los franceses detentaban las plazas de Plasencia, Mérida, Medellín, Zafra, Llerena, Trujillo y otras menos importantes.

En resumen, puede afirmarse que relativamente a la Extremadura (española), la mayor parte del territorio estaba en manos de los franceses, excepto algunas plazas fronterizas. Con todo, este dominio era relativo y poco seguro, pues las constantes acciones de guerrilla de Morillo, los obligaba a moverse continuamente.

Además de eso, la proximidad del 5º Ejercito español y la división de Hill, los forzaba a una continua vigilancia.

El responsable de las fuerzas francesas en esa provincia –Drouet- se desplazó para el Oeste, teniendo en vista garantizar el socorro y la seguridad de Ciudad Rodrigo.

Se entablaron diversas escaramuzas en las cuales, las fuerzas de Castaños no se emplearon (según el plan establecido con Wellington) para no dar a conocer al enemigo sus efectivos.

Cuando Drouet se alejó para Zafra, ordenó al General Girard, que con sus fuerzas se dirigiesen a Cáceres para consolidar la zona, dispersar las fuerzas de Castaños e impedir su reorganización.

En el día 11 de Octubre, la columna francesa de Girard iniciaba su marcha rumbo a Cáceres. El Conde Penne Villemur, comandante de las fuerzas españolas allí estacionadas, al tener conocimiento de que los franceses dejaban Mérida con 5000 hombres, se retiró para Salorino partiendo a media noche del día 12.

Es probable, que los franceses no tuviesen informaciones correctas a cerca de los efectivos de las fuerzas aliadas dado que pretendían rodearles por el Norte, entrando en Portugal por Brozas.

Villemur se retiró como se afirmó, de modo que permitió al enemigo observar y evaluar sus fuerzas. Este acto no constituía un error estratégico, pero fue, eso sí, una manera de atraer a Girard a una emboscada.

Hubo un breve encuentro entre algunas tropas de las dos fuerzas, debiendo las fuerzas españolas que retirarse disciplinadamente.

Teniendo el camino libre, Girard ocupó Cáceres donde se estableció, enviando luego destacamentos a Brozas, Arroyo del Puerco (actualmente Arroyo de la Luz), Casar de Cáceres y otros puntos periféricos.

Al estar considerablemente alejadas las fuerzas de Drouet (Zafra) y las de Girard (Cáceres), hizo que los aliados con ayuda de las tropas españolas emprendieran una maniobra ofensiva que sorprendió a los enemigos.

Wellington, autorizó al General Hill a actuar, teniendo este concentrado de inmediato a las fuerzas que iría a utilizar. En el día 23 de Octubre de 1811 en la ciudad de Alburquerque, Hill reunió sus tropas, a las cuales se unieron al día siguiente en Aliseda; las fuerzas del Brigadier Girón, las guerrillas de Morillo, los Caballeros de Penne Villemour, y la pequeña hueste de Jonh Downie.

En el lado enemigo, Girard ignorando todas estas actividades, procedía a la recolección de víveres y fondos en la zona de Cáceres, manifestando bastante prisa en efectuar esta misión.

La columna aliada inició su progresión el propio día 24, produciéndose ese mismo día un corto combate entre la caballería española y la francesa, obligando a abandonar Arroyo del Puerco y dirigirse a Malpartida.

En el día 26 todos los destacamentos avanzados franceses se retiran para Cáceres pues Girard se da cuenta finalmente de que las fuerzas aliadas eran de tener en cuenta. Por esa razón decidió retirarse y unirse al grueso de su ejercito cuanto antes.

La retirada se inició con toda la División dirigiéndose a Torremocha, soportando un temporal inapacible de lluvia y viento que se mantendría en el transcurrir de las restantes operaciones.

Beneficiándose de las condiciones atmosféricas propicias y usando una gran rapidez en la maniobra, la retirada proporcionó a Girard romper el contacto con el enemigo.
Entretanto las fuerzas de Hill y de Girón emprendieron por separado una persecución incansable, siendo ayudados por naturales de la región en la tentativa de localizar al enemigo.

Girón llegó a Cáceres en la mañana del día 27 y teniendo localizado al enemigo, siguió por la carretera de Mérida hasta instalarse en Alcuéscar.

Hill, que pernoctaba en Malpartida esperando así interceptar a Girard en su marcha, tomó un camino pasando por Aldea del Cano y Casas de Don Antonio, reuniéndose con Girón en Alcuéscar.

Girard ignorando esta persecución de que era objeto, dejó Torremocha y pasando por Albalá, llegó a Arroyomolinos, donde se detuvo.

Durante el desenvolvimiento de las operaciones, los aliados iban recogiendo informaciones relativas a la situación de las fuerzas francesas estando, de ese modo, en la posibilidad de un importante triunfo.

Habiendo sido localizado y sabiéndose que el enemigo iba a descansar en Arroyomolinos, los aliados repartieron entre si las diferentes misiones y prepararon el ataque para el día siguiente (28).

Hill decidió entonces atacar Arroyomolinos situado a la distancia de una legua de Alcuéscar, combinando las direcciones del ataque de tal forma que Girard no tuviese opciones de fuga. El plan se asentaba sobre todo en el efecto sorpresa para lo que se tornó necesario tomar las debidas precauciones. En la noche del 27, después de reunir el destacamento, se inició la marcha rumbo a Arroyomolinos.

La columna formada por Anglo-Hispano-Portugueses, se dirigió frontalmente hacia el objetivo, tomando como lugar de progresión un camino directo que unía los dos pueblos.

Otra columna, constituida por la Caballería española en un flanco y la inglesa en el otro, se dirigieron hacia el flanco derecho con la misión de cortar la retirada al enemigo por el lado Este (para Almoharín, Miajadas y para Medellín).

La columna de Morillo, con los Dragones ingleses, asegurarían el flanco izquierdo para cortar la posible retirada enemiga por la carretera de Alcuéscar a Trujillo.

A las 7 horas de la mañana se concentraron todas las columnas en la depresión del río Aljucén sin ser detectadas por los franceses. Cubiertos por unos barrancos al Este del río se tomaron las últimas disposiciones y los jefes aliados daban sus ordenes finales.

En el lado francés , ignorando la inminencia del ataque, la preocupación de Girard incidía en alcanzar el grueso de su ejercito lo más rápidamente posible. Decidió así, partir para el Sur en aquel mismo día.

A las 4 de la mañana envió a Remond con una Brigada por la carretera de Medellín (hecho que pasó desapercibido para los aliados) asegurando así la vanguardia francesa pero privándose de una importante fracción de su División.

Girard se encontraba planeando la marcha con el grueso de sus tropas cuando se oyeron los primeros disparos. En ese mismo momento Girard no se apercibió de la gravedad del ataque.

Pensando que se trataba de escaramuzas entre sus fuerzas avanzadas y los guerrilleros, ordenó la partida acelerada de las tropas bajo su mando.

Esta decisión fue fatal para los franceses pues fueron sorprendidos y atacados de flanco por los aliados.

Sin embargo, la entrada en acción de la artillería deshizo cualquier duda de Girard, que finalmente se dio cuenta de la gravedad del ataque.

Todavía la mayoría de la infantería francesa estaba en las calles de la aldea aguardando para formar en orden de marcha y con los caballos de la retaguardia parados o atados a los árboles, cuando se vieron atacados de tres lados.

La reorganización se vio extremadamente dificultada por la niebla y por el viento que por otro lado, facilitaban la aproximación y acción de las tropas aliadas que envestían con gran rapidez y decisión.

Ante tal situación los franceses resistían como podían, formando en cuadrado que la artillería aliada desorganizaba y la caballería impedía reorganizar.

Los regimientos ingleses de la columna del centro aliada, perseguían a los franceses dispersos, mientras los restantes procuraban cortarles la retirada.

La columna de la derecha aliada, a su vez, cortaba la retirada por la zona Sur de la sierra y otras salidas, capturando a quienes pretendían huir.

Viéndose perdido, Girard consiguió reunir 600 hombres, retirándose por la carretera de Trujillo. La columna aliada del ala izquierda, después de desorganizar y dispersar a la caballería francesa, se aproximó rápidamente a las fuerzas de Girard.

Este, teniendo agotados todos los medios de defensa posibles, decidió escaparse a cubierto de una espesa niebla por las escarpadas laderas de la Sierra de Montánchez.

En su persecución salieron de inmediato las fuerzas de Morillo con el Batallón de la Victoria y la Legión Extremeña, un batallón inglés y el Batallón de Caçadores Nº 6. Rodearon las sierras por el Sur siguiendo la carretera de Trujillo, mientras otras fuerzas iniciaban la persecución por la parte central de las montañas.

Ésta terminó en las proximidades de la aldea de Santa Ana, debido al enorme cansancio de las tropas aliadas y por los efectos de la intemperie.

Libre de sus perseguidores, Girard se dirigió sucesivamente a Ibahernando, Zorita y atravesó el Guadiana en Orellana la Vieja.

Después de esta retirada fue a reunirse con Remond y Druet, contando en esa ocasión con apenas 400 hombres de su división de los 3500 que había dispuesto. Solo estos 400 pudieron escapar del cautiverio o la muerte.

Fueron hechos más de 1400 prisioneros entre los cuales se encontraba el Príncipe Duque de Aremberg, el General de Brigada Brun, el jefe del Estado Mayor Ydry, dos Mayores, treinta Oficiales y muchos Sargentos.

Además cayeron en poder de los aliados, dos cañones, un obús, seis carros intactos de municiones, varias banderas y gran número de escopetas, diversos depósitos de géneros, sables, mochilas, caballos y todo el bagaje y equipamiento de la División. Varios carros con víveres y una contribución de la comarca de Cáceres recibida por Girard de manos del Alcalde cacereño, fueron igualmente capturados.

Los aliados sufrieron 70 bajas, algunos oficiales y el Teniente austriaco Strenowitz.
Después del combate las fuerzas de Hill y los españoles regresaron a sus acuartelamientos, descansando durante algunos días.

Cuando las noticias del combate se esparcieron, Druet ocupó de nuevo Cáceres. Fue atravesando el Tajo por Almaraz continuando hasta Trujillo, mientras dos grandes convoyes entraban en Badajoz.

La moral de las tropas francesas sin embargo quedó seriamente tocada, produciéndose agitaciones entre las fuerzas polacas establecidas en Ronquillo e insubordinaciones colectivas en el 5º Cuerpo del Ejército.

Morillo y Hill colaborando nuevamente obligaron a los franceses a evacuar Mérida apoderándose de grandes cantidades de géneros. Drouet, tuvo así que retirarse definitivamente.

En Enero de 1812 buena parte de Extremadura fue liberada de los invasores.

La acción de Arroyomolinos fue la primera de una serie de victorias que acontecieron en la zona del 5º Ejército, cuña central que hizo posibles las operaciones decisivas que a ella siguieron como la conquista de Badajoz(7-Abril-1812), acabando a la vez con la resistencia de las tropas Napoleónicas en la Extremadura.

La retirada de la provincia se dio mediado Mayo, por Almaraz.

La importancia de este combate reside no solo en el modo de cómo se aprovechó una situación favorable al desencadenar una operación asentada en la sorpresa, sino también y sobre todo por la unión en que se llevó a cabo.

La conquista de Badajoz se debe en buena parte al enfrentamiento que aquí tratamos. Esta ciudad constituía un extraordinario polo de acción relativos a Portugal y a España por ambas partes.

Al asestar un profundo golpe a las tropas de élite (Girard) del ejercito francés, las tropas comandadas por el General Hill –del que formaba parte el Batallón de Caçadores 6- desempeñaron un papel decisivo en el proceso de expulsión de las tropas napoleónicas de la península.

Al no permitir que el ejército invasor entrase nuevamente en Portugal, al dificultar la reorganización y reabastecimiento de las fuerzas francesas y al descongestionar de enemigos la región fronteriza entre el Guadiana y el Tajo, el Combate Sorpresa de Arroyomolinos contribuyó a la expulsión definitiva de los franceses de Portugal y posteriormente de la Península Ibérica.”


FUENTE: aytoarroyomolinos.org