Ricardo Márquez Tobares nació el 30 de octubre de 1906 en Alconchel. En 1924, a los 17 años, ingresó en la Escuela Normal de Badajoz, donde realizó sus estudios en la modalidad de Enseñanza no Oficial.
Llega a Calamonte como maestro de la Escuela de Niños en 1933, iniciando una serie de quejas sobre el estado lamentable de la escuela. No era ni mucho menos el único caso, ni el peor en España, pero para un maestro como él, dispuesto a redimir a España por la escuela, el local debió parecerle intolerable. El Gobierno Republicano proyectaba transformar la escuela de tal manera que fuese la verdadera casa del niño, construir escuelas con huerto, jardín, cantina y ropero. Ricardo Márquez esteta dispuesto a librar la batalla en Calamonte por una escuela algo mejor que la que le habla tocado y actuó consecuentemente.
Con él los niños tenían ere aprender mucho y bien, pero no tenían por qué hacerlo siempre dentro de una escuela que no era precisamente my acogedora. Don Ricardo parecía preferir que estuvieran al aire libre sin desperdiciar por ello ocasiones de aprender. Tenemos que suponer por lo menos la sorpresa que debió causar aquel nuevo maestro yendo de acá para allá con los chiquillos, ya era bastante que un hombre hecho y derecho jugase con ellos en los recreos. Nada de lo que hacía era, como dice uno de sus alumnos, muy frecuente. Pero él sabía que aprender no tenía por qué ser tedioso, que la inmensa mayoría de sus alumnos no tendrían una oportunidad más que la que él les brindara, por eso tenía que ingeniárselas para retenerlos en la escuela el mayor tiempo posible.
Sus alumnos dicen:
- ¿Que si aprendíamos más que en otras escuelas? ¡Mucho más! Pues sí, sin quitarle mérito a los otros maestros, porque trabajaba y nos hacía trabajar. Nos obligaba.
-Tenía un método muy especial de que aprendiéramos geografía. Tenía una caja grande llena de chinas y decía:
- «Venga sentaros ahí, ahí tenéis el mapa de España». Y hacíamos el mapa de Es paña... - «Ahora el de Europa». Y con siete u ocho años ya aprendíamos geografía.
- Íbamos poniendo las chinas en el suelo, haciendo el mapa en el suelo. Poníamos, por ejemplo, los Pirineos, y teníamos que poner allí las chinas más gordas. Y hacíamos como que corrían los ríos, la comente, poniendo una piedra así y la otra al lado y por ahí era por donde iba el río.
- Los dibujábamos primero, los hacíamos con piedra y se quedaban allí hechos.
- Las matemáticas también las aprendía¬mos con chinas.
- Él mandaba bajar a la calle a por chinas. Decía a un chiquillo:
« ¿Cuántas son cinco y ocho?»
Y no daba el niño con que eran trece.
«Pues baja a la calle y coges cinco chinas en una mano y en la otra ocho».
Después las ¡untaba y las contaba, si no acertaba pues se bajaba otra vez a por las que faltaban.
-Don Ricardo pintaba muy bien. - Le gustaba mucho la pizarra, dibujaba mucho en la pizarra. Teníamos que dibujar todos.
Ricardo Márquez fue una víctima más de la represión que desencadenó el golpe militar de 1936, siendo detenido y asesinado en Calamonte el 11 de septiembre de ese mismo año y enterrado en Lobón.
FUENTE: La Escuela de la Segunda República. Fundación de Investigaciones Educativas y Sindicales.
Llega a Calamonte como maestro de la Escuela de Niños en 1933, iniciando una serie de quejas sobre el estado lamentable de la escuela. No era ni mucho menos el único caso, ni el peor en España, pero para un maestro como él, dispuesto a redimir a España por la escuela, el local debió parecerle intolerable. El Gobierno Republicano proyectaba transformar la escuela de tal manera que fuese la verdadera casa del niño, construir escuelas con huerto, jardín, cantina y ropero. Ricardo Márquez esteta dispuesto a librar la batalla en Calamonte por una escuela algo mejor que la que le habla tocado y actuó consecuentemente.
Con él los niños tenían ere aprender mucho y bien, pero no tenían por qué hacerlo siempre dentro de una escuela que no era precisamente my acogedora. Don Ricardo parecía preferir que estuvieran al aire libre sin desperdiciar por ello ocasiones de aprender. Tenemos que suponer por lo menos la sorpresa que debió causar aquel nuevo maestro yendo de acá para allá con los chiquillos, ya era bastante que un hombre hecho y derecho jugase con ellos en los recreos. Nada de lo que hacía era, como dice uno de sus alumnos, muy frecuente. Pero él sabía que aprender no tenía por qué ser tedioso, que la inmensa mayoría de sus alumnos no tendrían una oportunidad más que la que él les brindara, por eso tenía que ingeniárselas para retenerlos en la escuela el mayor tiempo posible.
Sus alumnos dicen:
- ¿Que si aprendíamos más que en otras escuelas? ¡Mucho más! Pues sí, sin quitarle mérito a los otros maestros, porque trabajaba y nos hacía trabajar. Nos obligaba.
-Tenía un método muy especial de que aprendiéramos geografía. Tenía una caja grande llena de chinas y decía:
- «Venga sentaros ahí, ahí tenéis el mapa de España». Y hacíamos el mapa de Es paña... - «Ahora el de Europa». Y con siete u ocho años ya aprendíamos geografía.
- Íbamos poniendo las chinas en el suelo, haciendo el mapa en el suelo. Poníamos, por ejemplo, los Pirineos, y teníamos que poner allí las chinas más gordas. Y hacíamos como que corrían los ríos, la comente, poniendo una piedra así y la otra al lado y por ahí era por donde iba el río.
- Los dibujábamos primero, los hacíamos con piedra y se quedaban allí hechos.
- Las matemáticas también las aprendía¬mos con chinas.
- Él mandaba bajar a la calle a por chinas. Decía a un chiquillo:
« ¿Cuántas son cinco y ocho?»
Y no daba el niño con que eran trece.
«Pues baja a la calle y coges cinco chinas en una mano y en la otra ocho».
Después las ¡untaba y las contaba, si no acertaba pues se bajaba otra vez a por las que faltaban.
-Don Ricardo pintaba muy bien. - Le gustaba mucho la pizarra, dibujaba mucho en la pizarra. Teníamos que dibujar todos.
Ricardo Márquez fue una víctima más de la represión que desencadenó el golpe militar de 1936, siendo detenido y asesinado en Calamonte el 11 de septiembre de ese mismo año y enterrado en Lobón.
FUENTE: La Escuela de la Segunda República. Fundación de Investigaciones Educativas y Sindicales.