Los Niños de la Noche

Se llamó de esta forma a los guerrilleros encuadrados en plena guerra civil en el XIV cuerpo de guerrilleros del ejercito de la republica que actuaban por la noche infiltrandose en las lineas enemigas para hacer sabotajes.

(...) Al parecer el proyecto de ese cuerpo militar había sido aprobado por Largo Caballero y revocado luego por Prieto, aunque después sería repuesto y cobraría auge.

En el proyecto inicial, Coello pedía para cada compañía guerrillera abundante material moderno y automático, explosivos (dinamita y trilita), pistolas calibre “Parabellum” y pistolas ametralladoras del tipo Mauser.


(...) La República Española fue el primer pais en la historia militar moderna en incorporar comandos guerrilleros en un ejército regular. La industria de Hollywood más tarde se apropiaría de esta innovación militar, como muchas otras que se crearon en la vieja Europa durante la 2a Guerra Mundial.

El SIFNE comunicó a Burgos el 8-7-37 desde su base francesa en Biarritz que, según una persona que había estado en contacto con el Estado Mayor gubernamental en Valencia, el Gobierno de la República destinaba mensualmente 200.000 pesetas para fomentar el desorden en zona enemiga.

(...) los integrantes del “Batallón de Guerrilleros”, debían, además, difundir el descontento, practicar el sabotaje, proceder a la destrucción de vías férreas, dar golpes de mano y atentar contra ciertos personajes. En suma, todo un plan de actividades más o menos parecidas a lo que más tarde, ya durante la Segunda Guerra Mundial, tomaría el nombre de “comandos” o los Boinas Verdes USA en Vietnam.

(...) Cada sección elegía a su jefe, que a su vez se dividía en 3 grupos de 5 hombres que elegían a sus respectivos jefes, todos ellos bajo el mando del jefe de Sección. Sus insignias eran una estrella roja en el hombro izquierdo y una calavera con dos tibias en el derecho.

Discretos y autónomos, pero indomables
Según la ex-guerrillera Elizaveta Parshina, su fama de indomables venía precedida por un acusadísimo espíritu de cuerpo, como era lógico en ese tipo de unidades, en el que la convivencia en peligro permanente y la dependencia mutua eran tan estrechos que p.ej., el dejar un compañero atrás en manos del enemigo era algo inimaginable.

Coincidiendo con "Mexicano" afirmaba que sus mandos debían ser aprobados previamente por los miembros de la unidad, poseer un gran carisma, experiencia de combate, arrojo probados para poder ganarse el respeto y la total entrega de sus hombres.

¿Publicidad? No, gracias
Los miembros del XIV Cuerpo huían de los corresponsales de guerra como de la peste, evitando todo protagonismo o contacto con los periodistas, por lo que es muy dificil encontrar documentación gráfica de la época.

Hacían su propia vida "en comuna", con sus propios servicios (Cocina, lavanderia, armería etc) y sus miembros tenían un marcado carácter independiente, haciendo una vida al margen del ejército regular, que a veces rayaba en la indisciplina. Cada unidad elegía su propio jefe según su habilidad, astucia y valor demostrados en las misiones.

Jerarquía democrática
En estas unidades no cabían los jefes enviados "desde arriba", ni siquiera por influencia política o partidista. Era la vida del grupo lo que estaba en juego y el liderazgo se lo tenían que trabajar y demostrar a pulso. Esta tradición de jerarquía seguría vigente en la guerrilla antifranquista tras la guerra civil, en la mayoría de las Agrupaciones, y donde no se respetó, o el jefe o la partida duraban muy poco.

(...) Una vez realizada una operación, los "Niños de la Noche" desaparecían como por ensalmo, rehuyendo todo reconocimiento personal. Según nos contaba Marcelino Díaz, uno de los presos republicanos asturianos rescatados en la operacion de Fuerte Carchuna en 1938, los guerrilleros que realizaron la operación ni siquiera se dieron a conocer entre sus liberados, simplemente les sacaron "del infierno" -como diría el tte. coronel José maría Galán, y se esfumaron, una vez que comprobaron que los presos ya estaban a salvo en las lineas republicanas.

(...) El peor enemigo de los guerrilleros fue siempre -y sobre todo en la posguerra- la Guardia Civil. Su mejor aliado, la población civil y el campesinado, y además de la noche, la foresta, la niebla y el monte. Otro aliado, sería la adecuada vestimenta y su propio equipo personal del que se eliminaba todo lo superfluo, pesado o ruidoso para el desenvolvimiento de sus operaciones con todo sigilo que les permitiese pasar desapercibidos.

Acerca de la actuación de los guerrilleros en Extremadura, existe un documento con un organigrama que puede ser orientativo:






De todas las tendencias políticas

Según el SIFNE y SIPM, cada división contaba con varias brigadas, y éstas, a su vez, mantenían en pie cada una de ellas a unos 140-150 combatientes o guerrilleros, mandados por un capitán de milicias. Estos guerrilleros procedían de la masa de evadidos o de los propios milicianos que se incorporaban como voluntarios a tales unidades.

Si predominaban o no en estas unidades los individuos de convicciones marxistas es cosa que no puede asegurarse. Más bien nos inclinamos a pensar que figuraban en estas unidades individuos de todas las tendencias políticas e incluso apolíticos.

Los grupos destinados a labores de sabotaje se componían, de ordinario, de 5 o 6 miembros y un sargento responsable. En cuanto a la retribución, sabemos que además de las 10 pesetas diarias -sueldo de todo miliciano del EPR-, percibían un plus suplementario, como ocurría con los integrantes del SIEP.

Ingreso y entrenamiento
Antes de ingresar en estas brigadas a los aspirantes se les recogía toda la documentación personal y se les instruía con clases de teoría y práctica; y entre la gama de instrucciones para operar infiltrándose en campo contrario, figuraba la de evitar siempre el directo enfrentamiento con patrullas armadas del enemigo y de que antes debían dejarse matar o suicidarse para no ser capturados con vida.

Durante el entrenamiento -solía durar 30 dias aprox. aunque era intenso y durísimo- recibían muy buena alimentación, superior a la habitual en el EPR, en el que las jornadas eran agotadoras.

FUENTE:
paisajes de la guerrilla