2. Descripción epigráfica



Ricardo Hurtado de San Antonio
Corpus Provincial de Inscripciones Latinas - Cáceres, Diputación Provincial de Cáceres-Servicios Culturales. Cáceres, 1977.
Memoria de licenciatura dirigida por el Profesor D. Eustaquio Sánchez Salor. Leída en junio de 1976 y calificada con la máxima nota.

"199.-Celtibérica.

[Lectura de A. Sánchez Paredes]
I.D.T.
N.I.N.
ILVCIA
SP.N.A
SVD LIE
Ch A
S .N.

[Lectura de C. Callejo Serrano]
I.D.T.
N.I.N.
ILVCIA
SP.N.A
SUB DIE
Ch A
S .N.

[Lectura de R. Hurtado de San Antonio]
I.D.I.
M.I.M.
ILVCIA
SP.M.A
SVDLIE
CK A
S .N.

Descripción: Se trata de una estela antropomórfica de granito gris que representa, simétricamente enmarcada, una extraña figura humana, desnuda, frontal, de cabeza abombada, ojos orientales sonrientes, largo cuello, hombros levantados, brazos pegados al cuerpo, piernas desproporcionadas y musculosas, y pies calzados con unas gruesas botas. La figura es frontal, excepto las piernas y pies que están de perfil.

Su característica más peculiar -vista de conjunto- es su ingenuidad.

Está tallada a bajo relieve. Su conservación es perfecta y milagrosamente intacta a pesar de hallarse durante muchos años empotrada en el muro SE del cementerio del pueblo. Recientemente hemos logrado trasladarla al Museo Provincial de Cáceres.

Mide 1'12 x 48 x 17 cms. La estela está enriquecida con la inscripción que hemos copiado al principio. Son letras latinas, grabadas profundamente, de 5 cms. de altura, puntos elevados muy marcados, en algunos casos sobre las letras.

Las A no tienen trazo trasversal y la E carece del central. La única que desentona del alfabeto latino es la segunda letra de la 6.ª línea, muy similar a la h y a la k de las letras cursivas de Pompeya. Por el tipo de letras: la S casi línea recta, las V triángulos isósceles abiertos, y su tosquedad, podemos aventurar que son del siglo I después de Cristo. Digo aventurar, aunque no descarto la posibilidad de que sea posterior, ya que la romanización fue lentísima en nuestra provincia.

Análisis del texto: Aunque nos encontramos ante letras latinas, sin embargo, a la hora de interpretar el texto, nos vemos imposiblilitados de emplear los clichés de las transcripciones romanas a las letras de la estela que nos ocupa. Podíamos haber hecho combinaciones para que nos encajaran algunas de las fórmulas, pero hubiera sido falseando la historia.

Evidentemente nos encontramos ante un texto redactado en lengua indoeuropea céltica (lusitana o vettona), posiblemente influida ya por el íbero, pero valiéndose de letras latinas, hecho frecuente en provincias.

La única palabra completa es la de la 3.ª línea: ILVCIA, antropónimo femenino con base ibérica ILV, vinculado con los topónimos ibéricos en ILV (Ilvcia al norte de Cástvlo).

Por otra parte, tenemos otro testimonio significativo de la existencia de tal nombre en nuestra provincia, concretamente en Trujillo: ILVCIVS (CIL 5279. Suppl.).

Desgraciadamente, a pesar de los estudios de las lenguas celtas e ibérica, los textos epigráficos son intraducibles. Este hecho puede constatarse también en dos inscripciones existentes en Arroyo de la Luz (CIL 738 y 739), por el momento, intraducibles.

Esta persistencia en utilizar formas indígenas dentro de un contexto y cultura que se iba romanizando, prueban que el elemento céltico e ibérico perduró con pujanza bajo el dominio romano, ratificándolo el crecidísimo número de nombres indígenas, topónimos y deidades autóctonas que registra la epigrafía romana en nuestra provincia y que nos corrobora la existencia de estas inscripciones de Arroyo de la Luz y del Casar de Cáceres, en una zona topográfica que se resistió con terquedad a las influencias culturales romanas.

Lo ideal sería hallar otra Piedra Rosetta que terminara por darnos la clave de las lenguas indígenas de la Península.

Datación: ¿Se puede datar realmente la estela? ¿Corresponde la inscripción al relieve figurativo?

Ante estas y otras preguntas posibles sólo puede contestarse por conjeturas. Personalmente dos soluciones se me ofrecen:

1.ª Que se trate de una estela céltica (lusitana o vettona) de finales de la Edad del Hierro (siglo II antes de Cristo), en honor de una deidad funeraria indígena, influida ya por el cultivo de la forma humana propia de los íberos. Posteriormente, la inscripción se hizo en época romana aprovechando la existencia de la estela para grabar las letras latinas.

2.ª Que haya una perfecta correspondencia entre la estela y la inscripción, esto es, que tanto la forma humana representada como el texto enmarcado en ella fueran realizados en la misma fecha. Yo me inclino hacia esta segunda posibilidad, pues se aprecia una indiscutible coordinación y unidad entre letras y figura, incluso hay similitud entre la tosquedad de relieve figurativo y la grabación del texto. La situaría por la segunda mitad del siglo I después de Cristo.

No creo posible que la estela y su grabación daten del período visigótico, ya que las inscripciones de tal época se caracterizan por el empleo de fórmulas latinas-cristianas y la casi ausencia de abreviaturas.

Resumiendo: se trata de una estela antropomórfica funeraria, representando, bien una deidad de ultratumba, bien la figura, ingenuamente concebida, del difunto o difunta Ilvcia, con una inscripción celtibérica, pero con caracteres latinos y, de momento, intranscribible e intraducible.

Recientemente y gracias a mi insistencia se trasladó al Museo Provincial.

De la existencia de esta piedra supieron los señores Sánchez Paredes y Callejo Serrano, sin embargo, su lectura difiere de la mía.