Moraleja fortificada

APUNTES SOBRE LA FORTIFICACIÓN ABALUARTADA DE MORALEJA

Durante la Guerra de Restauração (1640-1668) se producen varias escaramuzas en la zona de Sierra de Gata. La más importante se produce en Noviembre de 1661 cuando 4500infantes y 1500 jinetes portugueses llegan hasta las murallas de Coria, y varias villas de la zona como Cilleros, Moraleja y Perales son saqueadas. Las exiguas defensas de Moraleja son reforzadas por la Orden de Alcántara.

Poco después de esta guerra es cuando se decide empezar a abaluartar la villa de Moraleja, seguramente en el último tercio del siglo XVII, pues durante la Guerra de Sucesión (1701-1713) ya estaban construidas las murallas. Este hecho lo testimonian varios planos militares que se conservan en distintos archivos militares españoles e incluso en alguno francés.

Autor desconocido, ¿1679?

Aunque no se sabe la fecha exacta de la elaboración del, que se cree, primer plano de las murallas de Moraleja del Peral (así se denominaba la villa originariamente), ya se recomendaba una ampliación del recinto (línea punteada) por considerarlo pequeño, a la vez que se hacia la recomendación de reforzar las murallas con revestimiento de piedra porque estas eran de tierra.

La fisonomía de la construcción respondía a los cánones defensivos de la época, es decir siguiendo el modelo Vauban: baluartes, fosos, revellines, constaba de dos puertas, e incluso un fuerte, al sureste; en el camino de Ceclavín y llamado Fuerte de San Felipe.

La peculiaridad de esta construcción, y que justifica en gran medida la desaparición por completo de la misma, es que se construyó en “teppe”, que era tierra compactada con raíces de césped y cortada en bloques. En el siglo XIX poca memoria quedaba ya del recinto, pues como se ha dicho las murallas eran de tierra y habían desaparecido, el foso fue tapado por razones higiénicas.

El que se consideraba plano más antiguo que se conserva, hasta la aparición del anterior, es un perfil de la fortificación realizado por el francés Charrier en 170, donde se aprecian el foso y la muralla junto con algún edificio significativo de la localidad.

Charrier, 1704. Archives du Génie (París)


En el mes de Mayo de este mismo año el párroco de la villa hace constar en los libros parroquiales (Archivo Diocesano de Cáceres) la visita de inspección que realizó el monarca Felipe V al ejército de 12000 soldados que acampaban junto a la fortificación, en la ribera del río (Rivera de Gata), y que según cuenta eran preparativos para la conquista de Portugal (Guerra de Sucesión Española):

“...doce mill hombres y tenía Su Magestad dispues/to para conquistar a Portugal: el día tres de maio de mill septecientos/ y quatro años, como a hora de las quatro de la tarde...”

El ejército francés realiza en 1707 un plano de la fortificación de Moraleja en el que se aprecia perfectamente la planta de la misma y desvela la situación del ya mencionado fuerte de San Felipe en el camino que llevaba a Ceclavín. Este plano fue realizado por Bruffet y en el registra el nombre de los baluartes y revellines así como de las dos puertas de acceso, además de otros edificios considerados importantes: Las dos puertas se denominaban De Coria y De la Rivera o Cilleros, los baluartes en número de siete recibían nombres de santos como era habitual en este tipo de construcciones (San Felipe, San Gabriel, San Alejandro, San Juan, Santa “Sicille”, San Luís y San Antonio).

Bruffet 1707. Archivo del Servicio Geográfico del Ejército, Madrid

En 1724 el teniente coronel Juan de Landaeta, gobernador del castillo de Alconchel, realiza un esquemático plano de las defensas de Moraleja. En el mismo aparece una leyenda en la parte izquierda donde registra el dato del tipo de material con que están hechas las murallas: Teppe.

Landaeta 1724. Archivo del Servicio Histórico del Ejército, Madrid


De 1737 data un informe en el que se reconoce Moraleja como punto fronterizo estratégico y apunta que el recinto fortificado es pequeño y está muy deteriorado, señalando que el foso y el camino cubierto no están acabados. También recoge que la guarnición es escasa por esas fechas y sugiere que la fortaleza no se debería abandonar y es conveniente restaurarla y agrandarla haciendo de ella una “Plaza razonable” por la proximidad de Portugal y de otras fortalezas de esta nacionalidad.

Otro Plano es realizado por los ingenieros Antonio de Gaver y Pablo Hidalgo en 1750 representando extensamente los alrededores de la villa.

Gaver y Hidalgo 1750. Archivo del Servicio Geográfico del Ejército, Madrid


Los ingenieros apuntan sobre el propio plano: “Haviendo procurado averiguar con el Governador ayudante y ansianos del Pueblo los nombres que daban a cada uno de los Baluartes no supieron dar razón alguna...”, esta desmemoria demuestra ya, por aquel entonces, la falta de interés por la fortaleza.

La Real Audiencia de Extremadura realiza un informe en 1791 donde se dice que Moraleja fue plaza fuerte hasta las últimas guerras con Portugal, resaltando su importancia estratégica y la conveniencia de reconstruir los muros por su proximidad con aquel país y no existir Plaza de Armas entre Alcántara y Ciudad Rodrigo. También recoge el informe la no existencia de regimiento ni oficiales en la villa, únicamente un capitán de milicias y que “... Fue Plaza de Armas, de buena muralla, que oy estta demolida, se descubre su foso, que en parte se conserva...”.

En 1798 Tómas López, geógrafo de los “Dominios del Rey”, publica en uno de sus trabajos que Moraleja fue plaza de armas hasta el fin de las guerras con Portugal que todavía se conservaban parte de las murallas de tierra, con sus fosos y antefosos, que se existían las dos puertas de entrada al recinto con sus puentes levadizos y habla de los restos del fuerte de San Felipe en el camino de Ceclavín.

El ingeniero militar Josef de Gabriel vuelve a justificar la importancia estratégica de la Villa escribiendo en 1801:

“...por la utilidad del puente y rehunion de los caminos dicha, a que se deve agregar no hai fortaleza que imponga a los enemigos en todo el terreno desde Alcantara a la Serrania de Gata cuyas razones parecen exigir en este punto una fortificacion subalterna o del tercer orden...
Pues como dexe explicado en aquel pueblo, los aliados en la guerra de Sucesion tomaron su ruta desde Alcantara por la Moraleja, a Galisteo, Plasencia, y por el Campo Arañuelo y Naval Moral se dirigieron a Madrid...”.

A mediados del siglo XIX ya no aparecen las murallas de Moraleja en los planos, por lo que se estima que por aquel tiempo habrían desaparecido casi totalmente todos los vestigios de la fortificación, aunque hacia 1850 Francisco Coello señala en un mapa, incluido en el Atlas de España y sus posesiones de Ultramar, que quedan en pie las dos puertas de la antigua fortificación, algunos vestigios de los fosos y que al sur de la población existen unos altos con el nombre de Teso del Castillo y los señala como lugar de la ubicación de un reducto que correspondería con el Fuerte de San Felipe.

En la actualidad el único recuerdo que existe de aquella fortificación que rodeo la Villa de “Moraleja del Peral” y que formaba parte del cinturón defensivo creado a lo largo de la frontera con Portugal es una calle con el nombre de Ronda del Foso.


Leandro Alonso, 2010
a Ernesto Montero y Consuelo Lozano, Moralejanos de Mérida




FUENTES:

- “MORALEJA”
Pureza Canelo Gutiérrez y Luís Germán Méndez Gutiérrez
Ediciones de la Biblioteca Pública de Moraleja

- “Fortificaciones abaluartadas de Extremadura: Planos inéditos de Moraleja, Zarça de Alcántara, Alcántara, Valencia de Alcántara y Alburquerque”
Antonio J. Campesino Fernández. Catedrático de Análisis Urbano y Regional. Universidad de Extremadura. Cáceres
Revista de estudios extremeños, ISSN 0210-2854, Vol. 62, Nº 2, 2006, Págs. 921-938
http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2066335

-“Fortificaciones abaluartadas en Extremadura: Planos de Juan de Landaeta”
Antonio Navareño Mateos
Norba - arte, ISSN 0213-2214, Nº 6, 1985, Págs. 145-158
http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2746580