La batalla de Montijo tuvo lugar entre ejércitos portugueses y españoles el 26 de mayo de 1644 en Montijo, en el transcurso de la Guerra da Restauraçao.
El portugués Matias de Albuquerque, al mando de un ejército compuesto por seis mil hombres de infantería, mil cien de caballería y siete cañones junto con ciento cincuenta holandeses, cruzó la frontera hispano-portuguesa y sin encontrar ninguna fuerza que le hiciera frente, tomó la plaza de Montijo, en territorio español, sin dificultades.
El portugués Matias de Albuquerque, al mando de un ejército compuesto por seis mil hombres de infantería, mil cien de caballería y siete cañones junto con ciento cincuenta holandeses, cruzó la frontera hispano-portuguesa y sin encontrar ninguna fuerza que le hiciera frente, tomó la plaza de Montijo, en territorio español, sin dificultades.
El Marqués de Torrecusa, enterado de la incursión portuguesa, destacó un ejército de seis mil infantes y dos mil quinientos caballeros, cuyo mando confió al barón Mollingen. En el encuentro que ambas fuerzas mantuvieron, los españoles obligaron a retirarse a los portugueses con aproximadamente cuatro mil bajas, frente a las mil españolas.
A pesar de sus bajas, los portugueses consiguieron reorganizar parte de sus fuerzas y contraatacar, cogiendo por sorpresa a muchos españoles que estaban saqueando los despojos portugueses. Los portugueses salvaron algo de su equipaje y se retiraron.
Balance: El ejército portugués fue capaz de retirarse a Portugal sin problemas, perdiendo unos 3.786 hombres (fuente española). Los españoles perdieron unos 433 muertos y 375 heridos pero no persiguieron al ejército de Alburquerque. Montijo fue la única victoria española importante en una batalla campal en la Guerra da Restauraçao (1640 - 1668). Algunas crónicas hablan de victoria portuguesa pero los hechos son que Albuquerque consigue salvar su ejército y su artillería pero que los españoles se quedan dueños del campo de batalla.
Montijo corresponde a la única victoria importante de los españoles en este frente. Por suerte para los portugueses, el frente de Extremadura es un frente secundario en la estrategia del monarca español, la mayoría de los recursos en hombres y dinero van a otros frentes.
FUENTE: WIKIPEDIA // geocities.com