Domingo Frades


Alejado de elaboraciones formalistas y sofisticadas, ignorando la pluralidad de intereses que el fenómeno artístico genera, en Domingo Frades resalta como peculiaridad de su identidad, el convencimiento y la reafirmación de sus vivencias como únicos valores aceptados. Sufrir y gozar el acto creativo hace que en cada una de sus obras se enfrente a una experiencia intensa.

Su capacidad de síntesis al abordar experiencias especiales se ve favorecida por la intuición que innata en su persona, le hace liberarse de rigores ortodoxos, ofreciéndonos como resultado un particular universo cargado de símbolos subjetivos de importante comunicación. Aunque anárquico en cuanto a técnicas y temas, su sed creativa es saciada con criterio personal. El hecho de emplear rigurosa y meticulosamente significados concretos hacen que su lenguaje sea directo y se nos presente cargado de posibilidades expresivas. Sus vivencias trascendentales se renuevan constantemente, activando su conciencia creativa y su sensibilidad hacia realidades profundas e intensas, que cargadas de contenidos esenciales, darán forma a nuevas estructuras y realidades.

En su arte suele adivinarse una potente realidad interior. Espoleado por dificultades y por incógnitas personales sin resolver, el artista evoluciona paso a paso. Los hallazgos conseguidos confirman una consolidada actitud creadora, proyectando generosamente mediante una fuerte personalidad, la primacía de los valores sobre los intereses.

Cáceres 1970- San Martín de Trevejo 2009.


FUENTES:
Texto de Antonio Gómez.
Boek861
Imágenes de Maniático de los escaparates. Junta de Extremadura. Consejería de Cultura.2007