García-Plata de Osma describe una tradición que tenía lugar en Santa Lucía del Trampal, y que a comienzos del S. XX ya había desaparecido.
El Sermón de los naranjazos se pronunciaba los lunes de Pascua en la propia ermita. Ese día se celebraba la romería, pero a mediados del sermón comenzaban a caer naranjas sobre el sacerdote que tenía que buscar refugio. Era la señal para una batalla generalizada entre todos los romeros.
Cuenta el propio Plata de Osma que, por curioso que pareciera, nunca faltó predicador para tan curioso sermón.
El Sermón de los naranjazos se pronunciaba los lunes de Pascua en la propia ermita. Ese día se celebraba la romería, pero a mediados del sermón comenzaban a caer naranjas sobre el sacerdote que tenía que buscar refugio. Era la señal para una batalla generalizada entre todos los romeros.
Cuenta el propio Plata de Osma que, por curioso que pareciera, nunca faltó predicador para tan curioso sermón.
FUENTE: José Mª Cancho. Rafael García-Plata. Ediciones Extremeñas. Diputación de Badajoz.